Imágenes de Prometeo:
Vídeo de Prometeo:
Producido por olivervictoria
Sinopsis de la obra de Esquilo:
En su carro alado las Oceánides visitan al héroe amarrado en las cumbres y deploran su triste suerte y el injusto trato que ha recibido por sus beneficios al hombre. El propio Océano le ofrece su amistad y le aconseja someterse al omnipotente Zeus.
Aparece Ío con cuernos de vaca perseguida por el tábano, víctima de la celosa Hera. Es a quien revela Prometeo que el reinado de Zeus depende de un secreto que sin hacer caso de ruego y amenazas se niega a revelar a Hermes y que sólo él sabe: una amante de Zeus parirá un héroe más fuerte que él que lo destronará.
Al final un tremendo cataclismo arrastra al héroe precipitado en el abismo.
Reaparecerá en el Cáucaso en la siguiente tragedia y un descendiente de Ío, Heracles, lo liberará de sus cadenas.
En su carro alado las Oceánides visitan al héroe amarrado en las cumbres y deploran su triste suerte y el injusto trato que ha recibido por sus beneficios al hombre. El propio Océano le ofrece su amistad y le aconseja someterse al omnipotente Zeus.
Aparece Ío con cuernos de vaca perseguida por el tábano, víctima de la celosa Hera. Es a quien revela Prometeo que el reinado de Zeus depende de un secreto que sin hacer caso de ruego y amenazas se niega a revelar a Hermes y que sólo él sabe: una amante de Zeus parirá un héroe más fuerte que él que lo destronará.
Al final un tremendo cataclismo arrastra al héroe precipitado en el abismo.
Reaparecerá en el Cáucaso en la siguiente tragedia y un descendiente de Ío, Heracles, lo liberará de sus cadenas.
La leyenda de Io y el tábano:
Io era una sacerdotisa de la ciudad de Argos, hija del rey Inaco. Zeus se enamoró de ella y para que su celosa esposa Hera no descubriera que le era infiel, tranformó a la sacerdotisa en una hermosa vaca, pero la diosa no se dejó engañar y preparó una treta, pidiendo a su esposo Zeus que le consagrara a la hermosa vaca, a lo que éste no pudo negarse y Hera le confió su custodia al gigante Argos, el cual cuando dormía sólo cerraba 50 ojos de los 100 que tenía; de esta forma Io estaba siempre vigilada. Pero Zeus decidió enviar a Hermes a que solucionara esta situación; éste con la música de una dulce flauta endormeció al gigante y depués lo asesió. Cuando Hera se enteró de la muerte de su fiel Argos, recogió los 100 ojos y se los puso en la cola del pavo real, como recuerdo constante de su atroz asesinato; como venganza hacia Io envió un tábano que la perseguía picandole por todo el mundo.
La falsa vaca estuvo errardo durante muchos meses hasta llegar junto al Cáucaso donde encontró a Prometeo encadenado a una roca, el cual le predijo un destino feliz. Io tomó, entonces, rumbo a Egipto donde recuperó su forma humana y dio a luz a Épafo.
Imágenes Io: